viernes, 16 de abril de 2010

Cirugía de Corazón

En los últimos meses me ha tocado vivir uno de los momentos más difíciles de mi vida: la cirugía de corazón de un familiar muy querido.

A mi abuelito le diagnosticaron problemas del corazón desde hace cuatro años aprox.; la arteria aórtica del corazón estaba tan tapada que no le dejaba tener una vida del todo sana, y por si fuera poco le ocasionó taquicardia, problema que hacía mas latente el riesgo de muerte súbita.

En Septiembre del 2009 le hicieron en el Hospital T-1 del IMSS de León, Gto. un Cateterismo en el cual se sabría si era necesaria o no la operación. Para Febrero del 2010 estaba confirmado mi abuelito como candidato para mencionada cirugía.

La noticia nos cayó como bomba, no sabíamos si era mejor que no lo operaran, teníamos miedo que no saliera más del hospital, que se desangrara o peor: que se le formaran coágulos que llegaran al cerebro. Habían tantos miedos y problemas incluso los que no tenían que ver con la operación, como por ejemplo quien se turnaría para quedarse a cuidarlo puesto que se tenía que viajar hora y media para llegar al hospital y no todos podían dejar sus trabajos para hacerlo. Y fue por eso que pese a vivir a siete horas de distancia en autobús decidí ir a Jalisco a apoyarles.

La pesadilla comenzó dos semanas antes de la operación; debíamos conseguir diez donadores de sangre y dos de aféresis plaquetaria. Juntar a los donadores y llevarlos al banco de sangre no fue tan sencillo pero lo logramos; lo realmente complicado fue llevar al que donaría las plaquetas, por que debía ser analizado varias veces antes de la operación, estar presente en el quirófano cuando intervinieran a mi abuelito y debía haber dos personas más en caso que surgiera algún problema al momento de colocar la sangre.

Por un asunto u otro se retrasó la operación para el jueves 18 de Marzo a las 8:00 am. Una cirugía de corazón comúnmente tarda de cuatro a seis horas, pero con mi abuelito surgió una complicación que lo sacó del quirófano a las 6:00 pm.

Después del Quirófano fue trasladado directamente a la Unidad Coronaria del Hospital. En ese lugar trasladan a todas las personas que han tenido una cirugía de corazón, infartos, cateterismo y todo relacionado con el corazón. Coronaria era considerado el lugar más aterrador del T-1, donde estaban más gravemente los enfermos, donde los familiares esperaban todo el día noticias de su enfermo, y donde no podías despegarte por si ocurría lo peor.

Ver a mi abuelito en ese lugar fue lo más difícil que he tenido que pasar en mucho tiempo; no es la primera vez que lo internan en un hospital pero siempre lo he visto fuerte, bien alimentado, con buen color de tez; esta vez, sin embargo, se le veía débil, amarillo, delgado hasta el hueso y muy triste, a un paso de darse por vencido. Eso sin mencionar la cantidad de aparatos a los que estaba conectado; a tres sondas, con cuatro cicatrices en el cuerpo.

A los familiares que estábamos en la sala de espera de la Unidad sólo se nos permitía pasar tres veces al día con restricciones (usar bata, sin celular, y con manos desinfectadas), cuando le llevaban el alimento, debíamos alimentarlos, platicarles sin hacerlos hablar y ayudar a las enfermeras a bañarlos.

Gracias a esas cortas visitas los enfermos sentían que sus familias los habían abandonado, se sentían solos, a un paso de la muerte, sin apetito. A nosotros no nos quedaba más que hacerles sentir que estábamos con ellos, y pedirle a Dios que los sanara para que salieran pronto de ahí. Para los que estábamos en la sala de espera nuestro consuelo, lo que nos hacía soportar un día más ahí era convivir con los otros familiares. Llegabas a la Unidad Coronaria y dos segundos después ya eras parte de la familia, tu pena era pena de todos. Conocías su caso y sufrías como ellos, así como ellos sufrían por ti. Conocí personas muy lindas la semana que mi abuelito duró en Coronaria, entre ellas Amalia, nuestra querida maestra de tejido, nos enseñó tejer hasta con los dedos de los pies y aprendimos muy bien.

Subieron a mi abuelito a piso* no por que estuviera recuperado, sino por que estaba tan triste que ya no comía y estaba de un humor no muy social. No sé si fue buena idea que lo sacaran de Coronaria, en piso no estaba atendido, las enfermeras pasaban cada hora pero si surgía una emergencia iban hasta que les daba la gana; los cuartos sucios, no había limpieza ni en las sabanas de las camas; ahí fue cuando más sufrimos.

Justo al ser trasladado a piso, mi abuelito comenzó con fiebre, así duró cuatro días y los doctores no sabían el por qué, hasta que por mera casualidad le cambiaron el catéter y puf la fiebre se fue.

Por una cosa u otra no le daban fecha para darlo de alta y todos ya estábamos desesperados, incluido mi abuelito. Pasar de 24 a 40 horas sentadas en una silla súper incómoda cada tercer día por semana y media desespera a cualquiera. Al fin se atravesaron jueves y viernes santos y el cardiólogo que lo operó le dijo que esos días no trabajaría pero al lunes siguiente lo daría de alta. Y así fue, tarde, pero seguro.

Desafortunadamente la cosa no terminó ahí. Mi abuelito comenzó con dolores muy intensos en la espalda, brazos y pecho, cosa que según el doctor es normal, pero pasaron de ser muy intensos, de pronto no puede respirar ni moverse. En su cita con el cirujano cardiovascular especialista en coagulación nos enteramos que el anticoagulante no está haciendo su trabajo como debe, le aumentaron la dosis por que si no se regula la coagulación puede morir; aparte también que la taquicardia bajó un poco con el cambio de válvula que le hicieron, pero el riesgo de muerte súbita sigue existiendo y debe ser controlada de inmediato.

Definitivamente los miedos siguen estando y creo aún peor que antes que lo operaran. Nos encomendamos a Dios y a los Santos, como devotos que somos, y no nos queda más que esperar y confiar en que los doctores sabrán qué hacer.
Mientras tanto esta fue una experiencia que nadie olvidará.


* Piso: Lugar donde se encontraban los pacientes que ya estaban fuera de peligro. A un cuarto que compartías con otros dos enfermos.